“GRACIAS A LA VIDA” EN LA BIBLIOTECA PRIMO FELICIANO

 

Cantante, poetisa, compositora, pintora, artesana, madre de cuatro hijos, enamorada de la vida y del arte, de la inteligencia y la evolución del mundo, no nada más de su pueblo chileno, sino de todo aquel lugar donde las comunidades humanas tienen necesidad de ser motivadas hacia el proceso de crecimiento intelectivo y espiritual. Violeta Parra, heredera de una familia llena de significados en bien de la universalidad, fue una folclorista que desarrollo la música de su país a contraviento, a contramarea y a contra-terremotos, y a contra la violencia que siempre intenta minimizar el valor de la mujer, reduciéndola a la cocina como objeto sexual de abuso decorativo.

Su ascendencia campirana la llevó a comprender la forma en que el pueblo pobre se ganaba la vida, pero también la necesidad que tenían de alegrarse con la libertad que les quedaba en horas de descanso, donde el espíritu recuerda que no sólo de pan vive el hombre, sino del arte que sale de su pecho. Entre 1917 a 1967 los años la vieron pasar hermana de las más creativas maneras de encauzar el planeta a través de sus mundos sonoros, incluso de la artesanía que es una forma de escuchar el corazón de las tradiciones. Ejerció todas las banderas de sus inquietudes.

Descendiente de madre y padre que dejaron que le crecieran las alas para volar, guardó la sencillez y la humildad, como los únicos alfabetos que pueden desarrollar conciencia en aquellos que perciben la grandeza. Es así como entre sus muchas creaciones, compuso ese poema extraordinario y que debemos tener en la boca constantemente: GRACIAS A LA VIDA. Y que se ha vertido como una oración-himno al nivel de los más grandes santos y místicos que han gustado de la poesía para agradecerle a Dios, y a esta cuestionable realidad, lo que se nos ha dado en cuerpo, inteligencia y alma.

GRACIAS A LA VIDA es un poema que en su propia voz y en la de muchos que la han interpretado, encontramos que hay cierta reconciliación con las circunstancias adversas que, en lo individual, tenemos, ya que ella fue siempre por convicción mujer de su tiempo  que alzaba la voz para protestar en contra de la injusticia social. Fue una luchadora que denunció las tropelías de un sistema en el poder que la censuraba y la perseguía. Pero ante todo su amor por la imaginación se impuso siempre que las condiciones se lo permitieran.

Es por eso que dentro de los “Jueves de Conciencia Bibliotecaria”, leeremos y analizaremos su vida y obra y, sobre todo, este gran texto que nos recuerda ser  agradecidos con la venturosa oportunidad de existir. La cita es el 22 de enero. 12:00 y 17:00 horas. Calle 3, 805, b, Col., Industrial Aviación. Informes: 8337553. Entrada libre.