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NEZAHUALCÓYOTL

 

Percibo lo secreto, lo oculto:

¡Oh vosotros señores!

Así somos, somos mortales,

de cuatro en cuatro nosotros los hombres,

todos habremos de irnos,

todos habremos de morir en la tierra…

 

Nadie en jade,

nadie en oro se convertirá:

en la tierra quedará guardado

todos nos iremos allá, de igual modo.

 

Nadie quedará,

conjuntamente habrá que perecer,

nosotros iremos así a su casa.

Como una pintura nos iremos borrando.

Como una flor, nos iremos secando

aquí sobre la tierra.

Como vestidura de plumaje de ave zacuán

de la preciosa ave de cuello de hule,

nos iremos acabando,

nos vamos a su casa.

 

Se acercó aquí,

hace giros la tristeza de los que en su interior viven…

Meditadlo, señores,

águilas y tigres,

aunque fuerais de jade,

allá iréis, al lugar de los descarnados…

Tendremos que desaparecer,

nadie habrá de quedar.

 

¿Adónde iremos donde la muerte no exista?

Mas, ¿por esto viviré llorando?

Que tu corazón se enderece:

aquí nadie vivirá para siempre.

 

Aún los príncipes a morir vinieron,

los bultos funerarios se queman.

Que tu corazón se enderece:

aquí nadie vivirá para siempre.

EDITOR: MARIO O. DÌAZ DE LEÒN JASSO

TEXTOS:HÈCTOR ESQUER QUIÑONEZ

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