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LA SALA INFANTIL Y SUS IMAGINACIONES

 

Los niños son las semillas espirituales más maravillosas que deben cultivarse en hogares amorosos, en sociedades con un nivel de inteligencia emocional espléndido, y en una biblioteca donde encuentren libertad para ser ellos en la continuidad de una personalidad que ahora, y a futuro, sea aplicada a la evolución de nuestro mundo. En este espacio ellos pueden aprender -mucho mejor si es de la mano y voz de sus padres- la importancia de la lectura, de las características de nuestro idioma, de la generosidad de ser sensibles, de soñar, de manera adecuada, guiados por esos seres notables que son los libros que contienen poemas, cuentos, relatos, novelas, y muchas lecciones de vida accesibles a su edad. Se ha sugerido que la etapa para iniciar en la lectura a los pequeños, se concibe desde que está en el hábitat materno, y que además es uno de los más maravillosos lugares donde hayamos podido estar. Mamá y papá pueden leerle con el pensamiento, en voz alta, narraciones y cantos que le ayuden en su proceso de gestación. En la Sala Infantil hay una bibliotecaria muy cercana a la fase maternal que les permite explorar en los libros el mundo que no ve de manera inmediata, y que las páginas le muestran para que se vaya explicando a sí mismo, de manera alegre, festiva y libre, pero con algunas reglas que le ayudarán a tener un conocimiento de que los demás también existen, opinan y sienten. Por ejemplo, y por citar algunos casos, a cuidar los libros, a atender a las normas dentro del espacio bibliotecario, a respetar la hora de inicio y el fin de la tarea cuando asisten a Talleres, escuchar a los demás, comprenderlos y tener empatía por los que a lo que a los demás les sucede, etcétera; pero siempre encaminados a que desarrollen sus capacidades de formas asombrosas como lo es el desarrollo intelectivo que, siempre será de mejor calidad, cuando somos lectores.    

Héctor Esquer.

 

EDITOR: MARIO O. DÌAZ DE LEÒN JASSO

TEXTOS:HÈCTOR ESQUER QUIÑONEZ

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