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Los días Jueves 11 y 18 de febrero, el poeta Héctor Esquer (potosino por adopción), dará lectura a lo más reciente de su obra poética, como muchas maneras de intercambiar experiencias con los habitantes de la localidad, ya que algunos le han pedido que también comparta sus textos para que lo conozcan en su forma de expresarse en el extraño, pero mágico arte de la literatura, ya que los usuarios de esta biblioteca lo conocen como Encargado de la misma, pero no en su forma de construir versos.

De alguna manera el programa implica lo que con otros invitados ha sucedido dentro del ciclo Radiografía Literaria de un Escritor y que tiene, entre muchos objetivos, que los asistentes puedan profundizar, desde muchas perspectivas, su pasión por este importante arte de todos los tiempos, puesto que la poesía nació con el origen del universo.

¿Qué siente, qué piensa, qué lo inspira, qué le atormenta, cuáles son sus inquietudes ideológicas, sus intereses personales, su visión del mundo, los escritores que lo han influenciado? Entre muchos otros menesteres que permitan al escucha y/o lector, lo asimilen con más claridad de manera didáctica que los lleve, incluso, a explicar el poema: circunstancia complicada para el escritor pero que transmite ciertas claridades en el uso de la palabra para que perciban como se desmenuza un texto poético.

Héctor Esquer ha publicado algunos libros, también en revistas y periódicos; ha participado en programas de radio, y actualmente en televisión tiene un segmento dentro de Canal 7 local, donde los miércoles promueve a la Biblioteca “Primo Feliciano Velázquez” leyendo en voz alta a autores universales.  Ha recibido el premio 20 de Noviembre “Manuel José Othón” y el “Filomeno Mata” en Crónica Periodística

Las citas son en la Calle 3, 805b, Col. Industrial Aviación, junto a la Parroquia de la Santa Cruz. Informes: 8337553

HÉCTOR ESQUER EN LOS JUEVES DE CONCIENCIA BIBLIOTECARIA

POEMAS DE HÉCTOR ESQUER

TODO Y NADA

 

Yo camino.

Yo solo y sólo camino caminos violetas,

azules, frutales, púrpuras, celestes lastimados;

la cauda ferviente de colibríes y mariposas…

Caminaré la raíz a otro mundo en la mirada,

la nube que crece el psicológico girasol.

Yo camino.

Yo sólo y solo camino caminos recién pintados,

sin principio ni final, sedientos de pasos…

Me parieron caminando caminos dactilares,

caminos psíquicos por lluvias iluminadas…

Y caminaré hasta fracturarme rodillas y tobillos

y caminaré defectos de barro y polvos exprimidos…

Camino de frente, de media orquídea, de medio lado,

de jacaranda eclipsada por el  desierto

y la nada tan tranquila y salvaje…camino.

Voy un poco patria, un no sé si predestinado,

con  horóscopos mentirosos que por eso los quiero,

pues me llenan la voluntad de alegres apariciones,

la exagerada sinceridad de mentiras piadosas.

 

Llenas mis manos de pensamientos que he sido,

camino a veces sin caminos una jaula de tigres,

un paisaje de leones, un ardid de cometas, un arte de crisálidas

y una que otra piedra viuda de mis pasos.

Camino a lo largo de mi yo secreto y lunas acorraladas,

agarrado a la cintura cultural de los bosques advertidos de mi psique;

camino desesperado, alegre y más que metafísico,

poseso y con locura en cicatriz domesticada 

y un senderito de piadosa política con nudosos argumentos.

Yo camino con mis nombres, puertas y ventanas que saludan

las inundaciones que me reciben.

Caminar está hecho a mi medida y caos

y me vale cada paso sensaciones que florean en los

desniveles de la memoria.

Camino extraño de caminos como si fuera otro habitándome;

en salud curada camino,

torpe como el que nunca será dueño de un verso

y que venga la ciencia del llanto que camino,

la domesticación etílica de una postura inclinada,

la senectud espiritual que acuñamos con orgasmos.

Y camino como si despertara hambriento de saberme,

como si impresionase la noche con un prisma

y mi hambre de tenerme donde ya poco es sincero.

 

Yo camino los sueños que me apedrean hasta quererme

y sólo me quedan pasos que son vida, pistas que son muerte,

más la muerte y lo probable…   

Yo camino ahora como camino nunca, como he caminado

y caminaré después del último tropiezo…

mucho antes de la última lejanía…

Yo camino y le arranco a los caminos racimos de 

puntos cardinales, yo… camino.

TEMBLORES

 

Tiemblo, tiemblo, tiemblo, tiemblo…

Siempre he temblado y sospecho que siempre temblaré…

Temblor debió de ser mi nombre

y temblar temblando mis apellidos…

Desde que nací tiemblo y supongo que en el momento de morir,

estaré temblando…

Soy un temblador de imágenes, de palabras,

de filosofías que sólo le importan a las hormigas sordas,

lunáticas y un poco paranoides.

Aunque temblar no es precisamente un privilegio personal,

pues todo tiembla en las armonías desquiciadas,

tiemblan los edificios ante las balas, tiemblan las calles,

las casas ante sus habitantes dislocados, los días tiemblan,

el sol tiembla con sincero entusiasmo, sabedor de que algún día cerrará su ojo

vencido por una explosión que anhela temblores…

Tiembla la Biblia y tiemblan los profetas, hasta los santos,

el planeta tiembla coronado por un círculo de nubes

y tiembla el que sueña y el que asesina, el que roba,

el que no puede con sus escalofríos,

el enfermo que se infecta más de su escritorio tiembla,

tiembla el ebrio, tiembla el espanto de una llanta que se poncha.

¡Qué desgracia que mi temblor sea poco original si hasta la bruja tiembla!

Tiembla la quincena y hasta las ganas de amar tiemblan

y entre las rodillas el orgasmo tiembla ante la inseguridad…

Soy un temblador que debí llamarme erupción, volcán, terremoto marino

porque tiemblo hasta las lágrimas secuestradas

y las sonrisas tiemblan ante los ladrones de colores

y las filas tiemblan en sus lugares comunes,

los insomnes atrapados por los policías tiemblan

y hasta hacienda tiembla de emoción con mis pobres impuestos…

temblor, tembloroso, temblorosas las voces en sus roídas políticas,

en sus enamoramientos tiemblan los besos, las caricias,

tiembla la noche y tiembla lo que tiembla en la mentira,

la corrupción tiembla, el infierno tiembla y las piedras

son un aquelarre de temblores en sobrepeso que no hay

que quedarse inmóviles por que nos derramamos…temblar

es la vocación del infinito, pero yo tiemblo a cada paso,

a cada pensamiento, temblar es refugio y escape…

y yo me quedo temblando todas las arquitecturas

y todos estos avisos de sobornos, fraudes y corrupciones…

 

NUDOS

Me provocan ansiedad los nudos. Nudos ciegos, nudos videntes,

nudos para la horca, nudos para desenterrar la libertad,

nudos para sujetar al que ya probó el don de las filosofías

y en consecuencia la fatalidad es hermana de alturas y abismos,

cercanos y distantes en un mismo ojo.

Nudos de piolas, nudos de elásticos, nudos de metal…

Viéndolos bien semejan un extraño pacto con la noche y la realidad.

También hay nudos psicológicos, emocionales y más sinceros que el mar.

También hay nudos de vida pero esos me causan placer.

También hay nudos de enfermedad, nudos para el insensato,

nudos en el nacimiento, nudos para la razón,

nudos para atar la nada y nudos para la embriaguez.

El deseo es el peor de los nudos y el más difícil de desatar.

Y los nudos y los laberintos comparten los vértigos, la sal,

el derrame de los golpes sobre la mesa, las maquinaciones

que de manos en manos los dedos entretejen.

Al caminar hacemos y deshacemos nudos.

Al dormir los nudos nos sueltan aunque el sueño también es nudo.

Al estar inmóviles hay nudos tan extraños como la contemplación.

Y hay nudos que se sueltan y forman otros nudos como los cinco

sentidos que son los nudos más entrañables,

y esperan nuestro arte en deshilar la existencia, los huesos, los músculos.

Decir que las cosas no tienen importancia también son nudos,

la palabra también está llena de nudos por todas partes.

Y el polvo es el nudo más frágil, no le rogamos mucho que nos desate.

Irnos son nudos, volver son nudos, revisar un poema bajo la luz

de una mariposa, también son nudos, y los nudos hablan de nosotros

porque hemos entretejido nudos que llevamos en la mirada,

en las voces, en los oídos, en el tacto, en el sabor llevamos nudos

y en las adivinaciones que nos dan entusiasmos a nudos,

las pesadillas nudos, los acertijos nudos, las groseras políticas nudos,

las corrupciones nudos… El canto de los nudos es notable

y difícilmente hay magos que nos digan las estrategias para desatarles

los nudos a las oraciones, al crucifijo y hasta al diablo…

Nudos para salvarle la vida a alguien que ya ha sido salvado.

Nudos para que el amor eche raíces donde más nos duele.

Nudos el más bello coraje, los perfumes son nudos,

el orgasmo es un nudo que nos desata mientras tanto…

nada más mientras tanto… La ignorancia es el peor de los nudos

y el alma está llena de nudos por amor de Dios,

la luna es un nudo alrededor de los muertos

y los muertos son nudos fríos y cercanos más que todos los desconsuelos,

aunque hay muertos que nos desatan nudos,

nudo el planeta y nudo la galaxia y, para terminar de hacer nudos,

pues nudo es todo el universo, menos el colibrí, la Verdad y la Belleza.

FRAGMENTOS

 

Si somos algo, sí, somos fragmentos…

somos fragmentos, fragmentos,  fragmentos

desesperados, entusiastas, incongruentes partículas

de un hasta pronto, de un adiós, de un venir sin haber ido

y un irse sin haber llegado a un plan inexplicable,

de un desarrollo de algo que no ilumina el agua

ni el viento ni el sol le quita el frío.

Fragmentos de urbes y paisajes somos y nos advierten

las sombras inconclusas, los pensamientos en restos

de ultrajes, inéditas elucubraciones, reiterativos remordimientos

de humos y ciencias, pero la voz y el acto son intensiones,

intenciones de fragmentos hacia ninguna parte, acaso un poco

de consuelo ante el dolor, ante la enfermedad para estar

contentos, la sonrisa es fragmento, la ira es fragmento,

la lluvia iluminada por los relámpagos es fragmento,

los ríos que lleva el hombre en su caminar son fragmentos,

apalabrados nosotros como si una sola familia de la galaxia

más cercana que también es fragmento, y los que estorban

y los que estamos de más en el instante y las coquetas

que nos hipnotizan con sus movimientos, son fragmentos

y una naranja solitaria sobre la mesa es fragmento

 

y el destino por el árbol de las selvas es fragmento,

ellos sin nosotros son fragmentos y nosotros sin ellas

somos fragmentos y a veces estamos sin nosotros

y somos menos que fragmentos, con todos los peros posibles,

con todos los asegunes existenciales, fragmentos, fragmentados,

fragmentarios…¡oh, totalidad, qué difícil el arte del insomne!   

EDITOR: MARIO O. DÌAZ DE LEÒN JASSO

TEXTOS:HÈCTOR ESQUER QUIÑONEZ

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