top of page

Dios fuera una mujer

Mario Benedetti

 

¿Y si Dios fuera mujer?

Pregunta Juan sin inmutarse,
vaya, vaya si Dios fuera mujer
es posible que agnósticos y ateos
no dijéramos no con la cabeza
y dijéramos sí con las entrañas.

Tal vez nos acercáramos a su divina desnudez
para besar sus pies no de bronce,
su pubis no de piedra,
sus pechos no de mármol,
sus labios no de yeso.

Si Dios fuera mujer la abrazaríamos
para arrancarla de su lontananza
y no habría que jurar
hasta que la muerte nos separe
ya que sería inmortal por antonomasia
y en vez de transmitirnos SIDA o pánico
nos contagiaría su inmortalidad.

Si Dios fuera mujer no se instalaría
lejana en el reino de los cielos,
sino que nos aguardaría en el zaguán del infierno,
con sus brazos no cerrados,
su rosa no de plástico
y su amor no de ángeles.

Ay Dios mío, Dios mío
si hasta siempre y desde siempre
fueras una mujer
qué lindo escándalo sería,
qué venturosa, espléndida, imposible,
prodigiosa blasfemia.

 

 

Mujer


Letra y Música: Gloria Martín

Mujer, si te han crecido las ideas
de ti van a decir cosas muy feas
que, que no eres buena
que, que si tal cosa
que cuando callas
te ves mucho más hermosa.


Mujer, espiga abierta entre pañales
cadena de eslabones ancestrales
ovario fuerte
di, di lo que vales
la vida empieza
donde todos son iguales


Mujer, si te han crecido las ideas
de ti van a decir cosas muy feas
cuando no quieras
ser incubadora
dirán no sirven
estas mujeres de ahora.


Mujer, semilla, fruto, flor, camino
pensar es altamente femenino
hay en tu pecho
dos manantiales,
fusiles blancos
y no anuncios comerciales.

 

 

Por ser Mujeres

Letra y Música: Yeco Hernández.


Nos matan por ser mujeres
nos matan queriendo atarnos
nos matan porque no pueden
doblarnos, ni amarrarnos
Nos matan por ser mujeres
nos matan queriendo atarnos
porque no pueden callarnos

Yo la vi, iba cantando una canción
cuando un hombre la mató
porque decía que la amaba

Yo la vi, tenía cielo y perdón
cuando su padre la mató
porque esperaba ilusionada

Yo la vi multiplicando la ración
curando y era con pasión
cuando una bala le hizo trampa

Yo la vi, no quiso dar más corazón
ni testamento, ni razón
por eso cuelga de una rama

Y allí donde la sangre se detiene y se congela la razón
levanto ojos de furia que no miran más que odio sin perdón
y al filo de un tragante un sucio corazón se ahoga con terror

La casa llena esta de niños solos
de palabras sin alientos
de vestidos sin domingos

La sangre se secó en el pavimento
y el que olvida también mata
nuevamente su recuerdo

Nos matan por ser mujeres
nos matan queriendo atarnos
nos matan porque no pueden
doblarnos, ni amarrarnos
nos matan por ser mujeres
nos matan queriendo atarnos
nos matan porque no pueden callarnos
pasarnos, atarnos, doblarnos, callarnos.

 

 

EL HOMBRE Y LA MUJER

El hombre es la más elevada de las criaturas;
La mujer es el más sublime de los ideales.
Dios hizo para el hombre un trono,
Para la mujer un altar.
El trono exalta,
El altar santifica.

El hombre es el cerebro,
La mujer el corazón,
El cerebro fabrica la luz,
El corazón produce el amor.
La luz fecunda, el amor resucita.

El hombre es fuerte por la razón,
La mujer invencible por las lágrimas.
La razón convence,
Las lágrimas conmueven.

El hombre es capaz de todos los heroísmos;
La mujer de todos los martirios.
El heroísmo ennoblece,
El martirio sublima.

El hombre tiene la supremacía,
La mujer la preferencia.
La supremacía significa la fuerza,
La preferencia representa el derecho.

El hombre es un genio,
La mujer es un ángel.
El genio es inconmensurable,
El ángel indefinible.

La aspiración del hombre es la suprema gloria,
La aspiración de la mujer es la virtud extrema.

La gloria hace todo lo grande,
La virtud hace todo lo divino.
El hombre es un código,
La mujer un evangelio.

El código corrige,
El evangelio perfecciona.
El hombre piensa,
La mujer sueña.

Pensar es tener en el cráneo una larva,
Soñar es tener en la frente una aureola.


El hombre es un océano, la mujer es un lago.
El océano tiene la perla que adorna,
El lago la poesía que deslumbra.

El hombre es el águila que vuela,
La mujer es el ruiseñor que canta.
Volar es dominar el espacio,
Cantar es conquistar el alma.

El hombre es un templo,
La mujer es el sagrario.
Ante el templo nos descubrimos,
Ante el sagrario nos arrodillamos.

En fin:

El hombre está colocado donde termina la tierra;
La mujer donde comienza el cielo.

Víctor Hugo

 

EDITOR: MARIO O. DÌAZ DE LEÒN JASSO

TEXTOS:HÈCTOR ESQUER QUIÑONEZ

bottom of page