La segunda sesión de esta importante temática que implica la trayectoria de las mujeres de la venturosa Tercera Edad y que comprende sus épocas, sus circunstancias socio-económicas y la capacidad que tuvieron para afrontar, de manera voluntariosa y combativa, todos los retos que las hicieron permanecer hasta este instante, resultó más que excelente. Pues nos transmitieron sensibilidad e inteligencia, dentro de un ayer que tuvo sus cualidades, pero que no dista mucho de las condiciones que deben enfrentar ahora, aquellas y aquellos que se tienen que construir un proyecto de vida desde la pobreza, la orfandad, los sufrimientos, las alegrías e incluso, las abundancias en todos los sentidos; pero puesto que no hay vida fácil y todos los modos de vida, aún los más afortunados, son complejos, es conveniente aprender de todas las formas de sobrevivencia, porque no sólo lo material garantiza estar bien, sino que, por lo contrario, hay mujeres que se han desenvuelto en la más extrema de las riquezas adineradas y no han sabido sobresalir de manera positiva. En cambio hay aquellas mujeres que vienen del más alto de los dolores y han sido combativas hasta el ejemplo para los suyos.

Es así que, ante una treintena de espectadores, las compañeras pertenecientes al grupo de la Tercera Edad, Las Blancas Mariposas, que sesionan en este espacio educativo-cultural, TOYITA SIMONA TORRES MUÑOZ, y GUADALUPE JARERO GONZÁLEZ, nos dieron un alimento verbal que nos dejó nutrientes para el alma y la conciencia y la consciencia puesto que, de manera humilde y sencilla, supieron tocar con sus anécdotas, la sensibilidad de los que escuchamos, con respeto y admiración, lo que nos contaron de sus paisajes, de sus juegos, de los valores éticos y morales, de las formas tan complicadas en que asistían a la escuela, de lo difícil de las pobrezas e incomodidades, pero que estaban llenas de vida y de esperanzas, dentro de una seguridad maravillosa, sin la violencia de estos tiempos en que la incertidumbre nos acecha.

Estuvieron con ellas algunos de sus hijos y nietos, disfrutando de escuchar a sus madres, a sus abuelas, expresarse en público llenas de significativos ejemplos.

Bien por ellas y vamos adelante, ya que este tipo de comunicación nos lleva a una reflexión personal de que debemos escuchar no sólo palabras, sino lo que hay más allá de ellas, pero con el corazón, con el alma, con el deseo de limpiar con sus historias, el “yo” propio, tan contagiado actualmente por las turbulencias de una sociedad cada vez más cruel y egoísta.

La cita fue el 08 de junio, dentro de los “Jueves de Conciencia Bibliotecaria”.