50 AÑOS CON JOAN MANUEL SERRAT

 

La belleza de ser joven y la belleza de ser viejo son sinónimos en Joan Manuel Serrat, este español (Catalán) que desde los 20 años de edad me llevó a entender que la inteligencia musical es una vocación de rompe y rasga, de sacudir y limpiar la conciencia y el espíritu que, tanta basura en la mercadotecnia social, para desgracia de nuestra cultura, empolvan y pudren al hombre. Este inteligente y sensible cantautor, las más de las veces, se dedicó a decirnos que hay mundos de libertad en la voz y en el pensamiento, y que el ritmo musical no está peleado con la sensibilidad y la exploración de quienes hemos sido, somos y lo mejor: seremos. Amable siempre ha recorrido los mundos que lo llevaron a respetar el potencial de los escuchas de todos los tiempos. Acaba de cumplir 50 años de trayectoria sacándole siempre la vuelta a la basura o barriéndola con sus propuestas que nos emocionan aún. Inagotable, sonriente, valeroso continúa “…verso a verso, golpe a golpe…”, como solía decir Antonio Machado a quien musicalizó de una manera tremendamente afortunada. Peligroso para los sistemas dictatoriales, en nuestro país Serrat siempre de los siempres ha encontrado una saludable hospitalidad, incluso durante su exilio en 1970. Mucho se puede decir de este ser más que humano y que nunca da lecciones morales de manera directa, sino que lo hace a través de la esperanza musical de ser escuchado y transformar el corazón de quienes lo meditan. Quién no recuerda aquellas canciones como: La Fiesta, Muchacha Típica, Mediterráneo, Señora, Pueblo Blanco…; y el maravilloso disco que le grabara al poeta Miguel Hernández. Serrat ha logrado permanecer siempre en el ánimo de la palabra poética que imprime en sus composiciones. ¡Larga vida al maestro!